El ejercicio siempre ha sido parte importante de mi vida. Nunca tuve problemas de sobrepeso ni inseguridad con mi cuerpo, salvo por mis pies “deformes” que me daban pena. Sin embargo, más allá de un problema de estética, jamás cruzó por mi cabeza la idea de que algún día esa “deformidad” me traería complicaciones de salud.
¿Alguna vez han escuchado que entre músicos existe una conexión más allá de la interpretación musical? Pues no se trata de una mera conjetura, sino de un hecho científicamente comprobado.
Desde tiempos inmemoriales, la música ha formado parte de la vida del ser humano. Inclusive, culturas como la griega o la nahua tenían en muy alta estima a los músicos, por considerarlos personas sumamente cultas y mejor preparadas para la vida, tanto en el plano material como en el espiritual.
Hay mucha gente a la que no le gusta celebrar su cumpleaños. Sienten que son más viejos y que no tiene sentido alguno festejar, incluso los inunda una depresión muy fuerte desde días o meses antes. Por el contrario, hay otros a los que nos encanta celebrar, porque más allá de recibir regalos o los apapachos de amigos y familiares, significa un nuevo ciclo personal. ¿Se trata de una fecha simbólica inútil o de verdad tiene alguna trascendencia?
A propósito del 14 de febrero, estuve pensando en la relación que tiene el amor con la música. Casi podría jurar que seguramente es el tema más recurrente en casi todas las canciones del mundo, así como en la mayoría de las creaciones artísticas. La razón es muy sencilla: el amor es el sentimiento más humano, más puro; el más devastador, pero también el más maravilloso. Una emoción tan compleja que es capaz de hacernos sentir literalmente en las nubes o con el dolor más terrible en el caso de un corazón roto, equiparable a la muerte de un ser querido, según la ciencia.
Recientemente leí una nota retomada sobre un estudio del año pasado que afirma que los recuerdos de la música que nos gusta serán los últimos en perderse. De hecho, el estudio (del cual hablé en una columna anterior) dice que la memoria musical posee un grado sorprendente de conservación, inclusive en personas con Alzheimer.
Querida comunidad acusmática, estamos de regreso después de este largo periodo vacacional con las pilas más que recargadas para empezar este año 2019 que viene con muchos retos por delante.
Literalmente todo el mundo siempre está esperando a que lleguen las vacaciones, porque es tiempo no solamente para descansar y desconectarse del estrés cotidiano, sino también de reflexionar sobre la vida que estamos llevando. Y cuando empieza un nuevo año tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo. Así surgen nuevos propósitos.
Acaba de pasar el día del músico y quería escribir algo al respecto, pero la inspiración no me llegaba, o más bien estaba desperdigada en los trabajos escolares.
Instagrameando encontré el video de una señora muy viejita, sin que eso fuera un impedimento para que tocara el piano con maestría y pasión, cualidades que muchos jóvenes quisiéramos tener. La descripción decía “¿cómo quieres llegar a tus 83 años?”. Por supuesto, me hizo reflexionar.
Hace 50 años se presentó por primera vez al público una banda surgida de Inglaterra que revolucionaría la música rock. Era el año de 1968 y si bien se le puede reconocer a muchos grupos del Reino Unido la batuta en lo que a la evolución del arte musical se refiere, entre ellos The Beatles, los Rolling Stones y Pink Floyd, es Led Zeppelin el que se lleva las palmas del rock pesado o hard rock.
Dení LoCi 